Resulta que el gris, ese color tan subestimado -y en muchas ocasiones condenado solo a acompañar, sin llegar a ser del todo protagonista- en realidad tiene mucho que aportar al mundo del interiorismo. Versátil y sofisticado, posee la capacidad de conquistar diferentes estilos que van del rústico al clásico o al brutalista. Lo vemos en algunos de los materiales más utilizados en los últimos años, como el microcemento, la cerámica o el hormigón. Un color que bien elegido en tonalidad e intensidad podemos convertirlo en el lienzo perfecto para empezar a dibujar un salón lleno de modernidad. Te chivamos las claves para conseguir el salón gris (y moderno) perfecto.