Ni recibidor, ni pasillo: 10 casas que se despiden de las barreras con entradas directas al salón o la cocina

Si eres de las personas que están al día de las tendencias de este 2025 en interiorismo, quizás te hayas dado cuenta de un concepto que se está dando mucho en las viviendas de un tiempo a esta parte. Se trata de la opción de prescindir del recibidor y hacer que el acceso resulte directo a la zona de día, comprendida por el salón, el comedor y la cocina abierta.

Es cierto que en las reformas integrales de casas y pisos pequeños es bastante habitual por aquello de ganar el máximo de metros cuadrados y hacerlos útiles. En este sentido, hay quien opina que el recibidor también lo es, pero entonces, debes recurrir a trucos decorativos como los que explica la interiorista Mar Vidal para sacarle partido a un recibidor pequeño.

Tener esta visión de amplitud y practicidad al abrir la puerta de casa, cada vez está más demandado en las reformas.

Ventajas de entrar directamente a la zona de día

Pero es que en las viviendas grandes, también hay quien opta por un planteamiento de tirar todos los tabiques para anular el recibidor y el pasillo (si corresponde), por varias razones. Lo justifican diciendo que entrar directamente a la cocina, el salón o el comedor, les resulta más práctico, ganan en amplitud visual, consiguen más luminosidad y, por supuesto, cuentan con algo más de superficie para destinar a la zona de la casa que más se usa y se disfruta.

¡Ah! Y no pienses que está todo perdido sin tener recibidor. Siempre hay ideas y soluciones decorativas para no tener que desterrar del todo ese punto de apoyo tan práctico que nos aporta al entrar en casa. Si no sabes cómo, sigue leyendo y descúbrelo junto a la puerta de las viviendas que te mostramos a continuación.

10 casas sin recibidor que te inspirarán, si no lo tienes claro

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Un pilar de hierro original da carácter a la entrada

De los escasos elementos originales que se conservaron de esta vivienda, tras la reforma, uno fue un pilar de hierro, pintado como entonces. Teniendo en cuenta que no existe recibidor como tal, el acceso abierto a la zona de día gana cierto carácter, gracias a este detalle constructivo y decorativo a la vez.

cocina con barra desayunos y toques naranjas

Limitar el acceso abierto con otra estancia junto a la puerta

Aunque a veces se decide prescindir del recibidor, el acceso puede resultar no tan directo a la zona de día, según la distribución espacial de la vivienda. Por ejemplo, si hay otra estancia junto a la puerta (que puede ser un aseo de cortesía, trastero, etc.), se genera una visibilidad un poco más limitada, ideal para aquellas personas que no les gusta que el acceso resulta totalmente abierto.

En un loft, la apertura es total, sí o sí

Hay tipologías de viviendas que difícilmente pueden evitar que el acceso sea directo a la zona de día. Son los lofts. Se caracterizan por los espacios diáfanos, sin separaciones físicas (salvo las indispensables de los baños), por eso, el que opta por vivir en una casa así, ya lo sabe.

acceso recibidor abierto a la zona de día

Celosía de madera para frenar la visión y como apoyo práctico

Siempre hay la posibilidad de buscar recursos estilísticos para minimizar el impacto de entrar directamente a la zona de día. Uno de los más recurrentes son las celosías de madera que, en este caso, además de parar ese primer golpe visual, ha servido de punto de apoyo para colocar una mini-consola suspendida que da servicio práctico al 'supuesto' recibidor.

El separador con la librería abierta siempre funciona

Para quienes lo del acceso directo aún les resulta difícil de aceptar, otros recursos son los elementos separadores que se pueden poner frente a la puerta, si la distribución espacial así lo permite. En este caso, se optó por una librería ligera cuya parte superior abierta facilita la comunicación visual entre ambientes, evitando ese efecto de 'asalto' directo al comedor.

Focalizar en la pared frontal un recibidor como efecto óptico

Muchas veces, aunque la puerta de la entrada se abre directamente a la zona social de la vivienda, según dónde está ubicada, un poco desplazada a un lado, no lo parece tanto. Y ayuda mucho más si de frente tiene una pared, porque un buen recurso es situar ahí una composición típica de recibidor (consola, espejo, cuadro, etc.), para hacer que la mirada al entrar se focalice ahí.

Un vinilo decorativo para ocultar la puerta de entrada

Si cuando la puerta de la vivienda va a condicionar la distribución del espacio principal, ¿por qué no hacer que pase lo más desapercibida posible? Se trata de convertir un problema irremediable en una oportunidad decorativa. Esto es: colocar una lámina o fotografía en formato vinilo en la parte posterior de la puerta de entrada ocupándola en su totalidad.

salon con cocina abierta y terraza espacio unico

Anular el recibidor para ganar superficie social y de ocio

Si la zona de día que comprende el salón, comedor y cocina está junto al recibidor, al tirar los tabiques que lo delimitan, se consigue que esta zona gane algunos metros más. Eso sí, es importante dejar una zona de paso cómoda y práctica entre la puerta y los muebles más cercanos.

entrada abierta al comedor banqueta roja

Respetar el espacio del recibidor, abierto e integrado

Como sucede en todos los proyectos, de sus metros cuadrados va a depender cómo se resuelvan los espacios. En los casos en los que sobran, hay quien prefiere seguir manteniendo la superficie que corresponden al recibidor, con ese carácter de bienvenida y su propio mobiliario, pero sin la limitación física de algunas de sus paredes. Así, queda integrado, se presenta despejado y amplio, pero, a la vez, conserva su funcionalidad.

zona de entrada con comedor y cocina abierta

En pisos pequeños, menos tabiques y más amplitud

En las viviendas pequeñas, es evidente que la reforma ha de 'rascar' cada centímetro de superficie para aprovecharlos mejor funcionalmente. Prescindir del recibidor es una de las opciones más recurrentes en este sentido, ya que asignas su espacio a otras estancias. Y no solo eso, al abrir los espacios tirando tabiques, ganas en amplitud, algo muy necesario cuando el piso es pequeño.