El arte se ha convertido en parte de la casa, pero no por eso debe ser parte de la decoración. Las obras deben estar libre de convencionalismos y caminar solas o acompañadas por las estancias, pero siempre a su manera, sin estar ‘conjuntadas’. Es más, ni siquiera es obligatorio que exista una ‘buena’ relación con la deco que las rodea.

Usa tu imaginación, elige las obras que te gustan y te emocionan y deja que tengan vida propia. ¿Atrevido? ¡Estamos hablando de arte! Si tienes dudas, encuentra en nuestra galería la inspiración que estás buscando y piensa que el cuadro sobre la chimenea es cosa del pasado o que, al menos, hay otras maneras y otros lugares donde colocarlos, que no son ni el salón, el comedor, el dormitorio o el despacho. 

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Al final del pasillo
FHE.ES REALIZACIÓN: PALOMA PACHECO TURNES

Al final del pasillo

Colocada al final de un pasillo, la escultura no solo aporta carácter (y color) a un espacio de paredes y techos blancos, sino que juega con las proporciones y crea sensación de cercanía. Además, nos encanta el juego cromático que se establece con la estantería roja al otro lado del pasillo. 

En el borde la mesa de comedor
FHE.ES REALIZACIÓN: PALOMA PACHECO TURNES

En el borde la mesa de comedor

Nada de colocarla centrada bajo la lámpara de techo, esta pieza roja no necesita que una luminaria de diseño le haga la competencia y la eclipse. Se trata de huir de las colocaciones típicas y buscar alternativas que marquen la diferencia. Esta la marca. 

De color verde
SERGEY KRASYUK ESTILISMO: YES WE MAY

Sobre la encimera de la cocina

 

Colgada a modo de cuadro sobre la pared de la encimera. Dorada e imponente, acapara las miradas y provoca intriga. Y, aunque no coordina con el resto de la cocina, no se la ve como un objeto extraño, sino como una pieza especial y diferente que merece la pena contemplar. 

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©Sergey Ananiev - Estilismo: Milena Morozova

Colgada del techo del dormitorio

¡Una lámpara o una escultura? ¡Ambas! El diseño de las luminarias apuesta por diseños que son verdaderas obras de arte. Esta joya no solo brilla con luz propia, sino que ilumina el dormitorio, genera sensaciones, gradúa tu estado de ánimo y realza la decoración. Para multiplicar aún más el efecto, juega con el binomio blanco/dorado en la cama con la estructura y las sábanas o en la ventana con el marco y las cortinas. 

Al lado del fregadero
FHE.ES REALIZACIÓN: PALOMA PACHECO TURNES

Al lado del fregadero

Como no hay lugar prohibido, las esculturas se atreven a entrar en la cocina. A priori, la ubicación ideal para evitar sustos es el office, pero siempre que se respeten distancias y se evite la zona de fuegos, la más conflictiva, todo hueco es apto para el arte. Por cierto, aunque la simetría proporciona equilibrio, a veces una asimetría bien planteada y entendida, como aquí, marca la diferencia. 

En la encimera del baño
FOTO: JAIME FERRER ESTILISMO: CRISTINA RODRÍGUEZ GOITIA

En la encimera del baño

Convertido el baño en espacio social y de relax, la encimera adquiere el papel de repisa con carácter de chimenea o de aparador. Eso sí, para que realmente brille, es necesario que haya una superficie amplia para que no se pierda entre los objetos de aseo y la trague lo cotidiano. Si está cerca de una ventana, como aquí, mucho mejor. 

Al principio de la escalera
FHE.ES REALIZACIÓN: PALOMA PACHECO TURNES

Al principio de la escalera

Los recibidores son la antesala de lo que está por venir. Por eso, cuando las proporciones te lo permiten, debe ofrecerte la mejor y más espectacular bienvenida. Y una original escultura se encarga de hacerlo sin necesidad de nada más. Si tu entrada no es muy grande, mejor opta por una pieza igual de especial, pero más pequeña. Se trata de que brille, no de que te impida el paso. 

Al lado de la bañera

Al lado de la bañera

Más concretamente entre la bañera y la ducha. Que se trata de un modelo exento y de un baño de diseño ayudan (y mucho) a crear el escenario perfecto para que brille, ajena al color oscuro dominante, como si no importara. Porque lo cierto es que no importa.