El sofá, con permiso del resto del mobiliario principal, es el corazón del salón, alrededor del cual se establece la vida familiar y social. Dado las numerosas horas que pasamos en él y sus muchos usos (cama, asiento para cenas informales en la mesa de centro, sillón con reposapiés…) es imprescindible que sea cómodo, muy cómodo, se integre en el estilo decorativo del espacio y se adapte tanto a nuestras necesidades como hábitos y número de miembros. Sin olvidar que, al tratarse de una gran inversión, queremos que dure muchos años, sin perder facultades.
¿Cómo saber si se trata de un sofá cómodo? Aunque no hay una fórmula mágica, lo ideal es que tu espalda se apoye en el respaldo, los pies lleguen al suelo, las caderas no queden más hundidas que las rodillas y, sobre todo, te acoja entre sus mullidos almohadones con una delicada firmeza. A la hora de elegirlo, es recomendable que el asiento sea un poco más duro que el respaldo, para que no se deforme y dure más tiempo en buen estado. Estos modelos cumplen todo para ser, sin duda, ‘el rey de la casa’. ¡Encuentra el tuyo!