Ámsterdam es la capital de los Países Bajos, conocida por su rica historia, su cultura vibrante y su arquitectura única. Una ciudad famosa por sus canales, que son Patrimonio de la Humanidad, y sus museos de clase mundial, como el Rijksmuseum, el Museo Van Gogh y la Casa de Ana Frank. La ciudad también tiene una reputación por su ambiente relajado y su vibrante oferta cultural. En otras palabras, una metrópoli para vivir y repetir cada año y Pulitzer Ámsterdam es el boutique hotel donde alojarse para una aventura histórica y tradicional, a la par que contemporánea.

Por su ubicación, por su diseño, por su historia, por su arte, gastronomía y mucho más. Cualquier rincón en Pulitzer es una oda al buen gusto y un reflejo de la ciudad u todo gracias al minucioso trabajo Jacu Strauss, el diseñador y director creativo reconocido por su enfoque innovador y elegante en el ámbito del diseño de interiores. 

Un hotel con historia 

Histórico, la mejor forma de definir este boutique hotel ubicado en un enclave privilegiado, con vistas al canal Prinsengracht, en el céntrico distrito comercial de Negen Straatjes. Pulitzer Ámsterdam es una casa con mucha historia, una clara representación de la evolución de la ciudad hasta la actualidad. ¿El motivo? La propiedad está ubicada en 25 casas del siglo XVII y XVIII en los canales de la metrópoli, todas construidas durante la época conocida como la Edad de Oro, que en su día fueron escenario de prósperos acuerdos comerciales entre mercaderes y hogar de la vida decadente y extravagante de muchos notables aristócratas holandeses. 

Pulitzer Ámsterdam es un hotel con mucha historia.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

En el siglo XVII Holanda floreció y se convirtió en el lugar más importante. Y es en esta próspera época de la historia holandesa cuando ricos comerciantes construyeron los hermosos edificios que aún admiramos y que hoy conforman el hotel. Los personajes más influyentes de la clase alta de Ámsterdam vivían en las casas del canal que estaban más cerca del casco antiguo, mientras que los almacenes se situaban a lo largo de los anillos exteriores del canal. Por eso los edificios Pulitzer del Keizersgracht son más opulentos que los del Prinsengracht. 

En 1960, Peter Pulitzer (nieto del fundador del Premio Pulitzer, Joseph Pulitzer) vio un gran potencial en las hermosas pero ruinosas casas de los canales de Ámsterdam. Compró doce casas a lo largo de los canales Prinsengracht y Keizersgracht y creó el hotel de cinco estrellas más antiguo de la ciudad. Pulitzer seguía un sencillo lema: «La casa del vecino solo se vende una vez». Así que aprovechó cualquier oportunidad para ampliar su imperio en Ámsterdam. En el transcurso de treinta años, el hotel pasó de tener doce casas del canal restauradas a las actuales, veinticinco. 

El nuevo clásico 

A pesar de su exterior histórico, Pulitzer ofrece un ambiente completamente moderno. Su interior es una mezcla entre colores apagados con otros tonos más vibrantes y coloridos, con muchos guiños al país donde se encuentra y particularmente la ciudad que lo acoge. Un mix que encuentra su equilibrio y tiene como resultado una propiedad cálida, artística y vibrante al mismo tiempo. 

Exterior histórico del hotel Pulizer Ámsterdam.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Entre los años 2015 y 2016 el hotel fue sometido a la mayor renovación de su historia. Una última reinvención que combina elementos históricos y belleza clásica con estilo contemporáneo, dando como resultado una mezcla única de artesanía tradicional y confort moderno. Jacu Strauss, Director Creativo del Grupo Lore, encontró inspiración para la restauración en toda la ciudad, ya fuera en un cuadro de un maestro en el Rijksmuseum, en un detalle en una casa del canal o en un paseo en barco por los canales. Para ello, el Strauss vivió en la ciudad más de un año para aprender las tradiciones locales y contemplar cada punto de la metrópoli. 

Un hotel renovado y transformado en un lugar contemporáneo con toques históricos.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Pulitzer Ámsterdam reabrió sus puertas en el verano de 2016 tras una extensa restauración: la finalización de un rediseño típicamente holandés, supervisado en su totalidad por Jacu Strauss. El inicio de una nueva era, una que colecciona años de historia, con una mezcla de artesanía holandesa tradicional y moderna que se palpa en cada rincón. 

Una entrada triunfal

Una entrada impresionante frente al canal recibe a todos los huéspedes. Diseñada por Jacu Strauss, que da una cálida bienvenida y te lleva al vestíbulo, todo decorado con alfombras persas antiguas, muebles vintage y una colección de obras de arte históricas y contemporáneas. Junto al vestíbulo, una biblioteca exhibe libros ganadores del Premio Pulitzer, que hacen alusión a la historia del hotel y al fundador original, Peter Pulitzer. 

El lobby de Pulitzer Ámsterdam es una mezcla de estilos.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Es en la planta baja también donde se encuentra el bar, los jardines, la sala de gimnasio y otros espacios para relajarse, trabajar o simplemente, disfrutar del arte que hay en todas las paredes. Transmite la sensación de estar en el salón de tu casa, aunque uno de enorme 

Habitaciones y suites 

La aventura sigue en los dormitorios y Pulitzer Ámsterdam cuenta con una gran variedad de habitaciones fruto de la unión de las 25 casas históricas. Tanto es así que pasear por él supone un laberinto -muy agradable- que te lleva por pasillos donde siempre hay algo que contar. Así, sus dormitorios son de diferentes formas y tamaños, desde los más “acogedores” (con espacio suficiente para relajarse) hasta los maravillosamente espaciosos: suites temáticas con sus propias entradas con puerta de canal. Y en cada uno de ellos hay un cuadro donde cuenta la historia de la casa antigua donde se ubica para tenerlo siempre presente y los huéspedes puedan saber más del lugar donde se alojan. 

Habitaciones y suites repletas de color y vistas en Pulitzer Ámsterda.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Más concretamente, el hotel cuenta con un total de 225 habitaciones y suites que combinan el rico pasado de Ámsterdam con su presente contemporáneo en una mezcla ecléctica de acabados, diseños y elementos que complementan el encanto individual de cada habitación. Los detalles divertidos, como un juego de reparación de bicicletas en cada habitación, completan la experiencia de la capital holandesa.

Pulitzer Ámsterdam cuenta con suites temáticas.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Cuatro excepcionales suites de coleccionista están inspiradas en la narrativa de personajes elaborados que pueden haber vivido en los edificios a lo largo de los años: desde un devoto compulsivo del arte hasta un amante excéntrico de los libros, un compositor de música y un gran coleccionista de antigüedades. Destaca la suite Porcelain Collector's, toda rodeada de cerámica de Delft, cerámica china y antigüedades. Los detalles en Pulitzer Ámsterdam son muy importante y particularmente en los dormitorios y suites, donde uno consigue sentirse en casa -una rodeada de lujo en la capital neerlandesa-. 

Cada una de las habitaciones tiene una temática diferente y especial.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Hablemos de gastronomía 

La oferta gastronómica de Pulitzer Ámsterdam se divide en varios espacios. La aventura empieza en el Putlizer’s Bar, de estilo art déco, es donde la conversación fluye entre deliciosas copas y la brillante luz de las velas. Los camareros mezclan nuevas creaciones y clásicos consagrados en una sala de maderas oscuras y latón texturizado con el canal como telón de fondo. 

Pulitzer Ámsterdam cuenta con preciosos jardines.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

La aventura sigue en Pulitzer Garden, ubicado a pocos pasos del lobby, es el lugar idóneo donde recuperar fuerzas observando los preciosos jardines del hotel, así como relajarse en la terraza exterior. Tanto para huéspedes como locales, Pulitzer Garden es una joya escondida y el lugar perfecto para tomarse un momento de relajación y disfrutar de un desayuno informal, un café matutino, una excelente copa de vino o un delicioso plato de pasta.

Jansz, un restaurante del hotel Pulitzer Ámsterdam.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Finalmente, Jansz es un espacio que debe su nombre al artesano holandés del siglo XVII Volkert Jansz, que una vez vivió allí. Un restaurante sencillo, pero elegante que abre todo el día a partir del mediodía y que sirve platos inspirados en la cocina holandesa moderna y que reflejan un compromiso apasionado con los ingredientes de origen local. En primavera y verano, Jansz también ofrece cenas al aire libre, tanto en su jardín cubierto como en su terraza junto al canal.

The beauty house, donde relajarse y prepararse en Pulitzer Ámsterdam.
Foto: Pulitzer Ámsterdam

Además, el hotel cuenta con su propio barco privado, The Tourist, que ofrece a los huéspedes cruceros por el canal todas las tardes. Así como un gimnasio totalmente equipado y The Beauty House, una joya de la belleza y el bienestar en el corazón de la ciudad. Sin prisas y con los pies en la tierra, The Beauty House se especializa en tratamientos individuales ideales para salir renovados.