Tras varias temporadas de idas y venidas, el estampado vichy, ha vuelto por todo lo alto a nuestros armarios llenándolo tanto en su versión más clásica como en alternativas más rompedoras, con colores pastel o colores vivos que siguen conservando el regusto naif.
La decoración de interiores no ha querido quedarse atrás y ha rescatado el vichy, para presentar colecciones de textiles, mobiliario o incluso papel pintando, con el icónico estampado de cuadros. Las nuevas tendencias apuestan por este estampado, tanto para interiores de estilo más rústico, como para pisos cosmopolitas de lo más eclécticos.
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Francia y los orígenes del estampado vichy
La historia de los cuadros vichy esté muy vinculada al universo cinematográfico. Surgió en la ciudad francesa de Vichy en el siglo XVII como estampado para la mantelería y ropa de campesinos. Más tarde, su uso se generalizó en el diseño de prendas infantiles, y no fue hasta 1939, cuando se universalizó gracias a su aparición estelar en el vestido de Judy Garland en el Mago de Oz.
En los años 50’ los cuadros vichy pegaron el bombazo cuando la actriz Brigitte Bardot, referente del estilo francés, se casó con un vestido New Look en cuadros vichy blancos y rosas diseñado por Jacques Esterel. Desde ese momento, todas las jóvenes quisieron imitar su estilo naif y femenino.
A partir de este momento, fueron muchas las estrellas del celuloide las que se sumaron a esta tendencia y empezaron a lucir los cuadros vichy en sus looks. Jane Birkin en la película La Piscina (1966), Audrey Hepburn lo convirtió en su estampado fetiche usándolo en incontables ocasiones o Diana de Gales, que lo rescató en los años 80 y 90 con los famosos pantalones tobilleros de cuadros vichy fucsia.
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