Cluttercore
Proveniente del inglés, el término clutter podría traducirse por ‘desorden’, y el neologismo que da nombre a la primera de nuestras tendencias hace referencia a atmósferas ricas y atractivas, cargadas de personalidad pero con un punto caótico y el exceso como denominador común.
No se trata, por tanto, de un estilo sino más bien de una filosofía de vida. Maximalista, claro. “Más es más”, siguiendo la fórmula de reacción contra la armonía, el orden y la contención racionalistas. Por tanto, existe desde hace siglos, aunque hayan sido los millones de visualizaciones del hashtag en TikTok y las decenas de miles de tags en Instagram los responsables de haberla empujado a la popularidad global.
A su favor, la voluntad de expresar una personalidad auténtica, rodearnos de todo aquello que nos hace felices y reivindicar sin complejos la diferencia. Ahora, conseguir un caos perfectamente organizado de libros, cuadros, muebles, objetos decorativos, colecciones varias, etc., etc., etc., no está en manos de cualquiera, y corremos el peligro de que el deseado stendhalazo acabe siendo un simple mareo de agobio acumulativo.