“La organización debe empezar por la eliminación”, dice Marie Kondo en su libro ‘La magia del orden’. Y yo, como su fiel seguidora, me sumo a este mantra y apuesto por deshacerme de todas aquellas cosas que no solo no me hacen feliz, sino que no necesito, no uso (ni usaré) e, incluso, siento cierto alivio y la sensación de controlar la situación.
Y esto solo ha sido deshaciéndome de algunas cosas, sin caer en el minimalismo, ya que, a pesar de todo, cultivo el placer de atesorar.
Esta gurú del orden considera que el almacenamiento es un mito, una trampa en la que caes sin darte cuenta. Por eso, muchas veces tienes todo en su sitio, guardado, colocado u oculto y, sin embargo, no se ve organizado. Así, el exceso de cosas no solo crea sensación de agobio visual, sino que también actúa como un imán para las cosas. Por lo tanto, almacenar no es ordenar.
Maratón de organización
Una vez que te has deshecho de todo lo que sobra en tu salón, puedes ponerte manos a la obra. Recuerda que, si quieres organizar adecuadamente, debes hacerlo “de un tirón y buscando la perfección”. Así que se acabó el ir recogiendo poco a poco. Para evitar el 'efecto rebote' debes hacer una especie de maratón de organización. Por último, recuerda que una casa en orden proporciona felicidad y eso siempre es un plus.
¿No sabes por dónde empezar? Estas dos listas son tu salvación
Para ponértelo más fácil hemos preparado dos listas con las cosas que deben salir de tu salón para no volver y aquellas que deben quedarse para ayudarte a mantener el orden y hacerte la vida más sencilla y cómoda.
Cosas que NO deben estar en el salón
- Ambientadores vacíos o mikados que hace tiempo que se acabaron, pero que se han quedado en tu salón como parte de la ¿decoración?
- Objetos decorativos que no sabes cómo llegaron a tu salón, pero que siguen contigo años después. En esta categoría entran los souvenirs, tuyos o conocidos, que no hay por donde pillar y que escondes tras los libros. Ocultos, pero sin decidirte a tirarlos.
- Mantas y plaids. Estamos de acuerdo en que cumplen una función, pero ¿de verdad necesitas tres para taparte en las noches frías de invierno? Quizás, una sea suficiente.
- Libros que no te gustaron en su momento, ni te gustarán ahora. Entre ellos, las enciclopedias que llevas años sin abrir (para eso está Google) es una de las que más ocupa y menos aporta a tu salón. Ni siquiera por estética.
- Velas consumidas en su totalidad o casi y que ya nunca piensas encender.
- Objetos rotos o viejos. Como una silla que cojea sin gracia y que, dado que no es cómoda para sentarte, aprovechas para dejar todo lo que tienes a mano sobre ella (el bolso, el mando de la tele…).
Cosas que SÍ deben quedarse en tu salón
- Cestas. Tan decorativas como prácticas, te ayudarán a poner orden de la manera más chic posible. Además, su toque natural contribuye a crear atmósferas cálidas y acogedoras y son perfectas para dar un toque mediterráneo o rústico a tu decoración.
- Cajas. Son las nuevas reinas del orden, ya que son más baratas, llevan tapa y están disponibles en infinidad de tamaños, formas y colores. Un básico del salón que se pasea por el resto de estancias sin problema de adaptación.
- Estanterías. Son esa pieza que te soluciona la vida y el orden en el salón, especialmente si incorpora módulos cerrados, cajones o vitrinas. Por cierto, ¿sabías que debería estar vacía al menos un 30%? ¿Lo está?
- Puf con sitio para guardar. Son una de esas piezas a las que siempre puedes encontrarles un hueco en el salón y que puede darte mucho juego, especialmente si tiene 'truco' y hueco para guardar.
- Mesas nido. Aunque en un primer momento puedes pensar que una mesa de centro con cajones puede salvarte la vida, esto no es así, ya que se trata de uno de los 'muebles imán'. Es decir, uno de los puntos negros del desorden que, en lugar de ayudarte a organizar, puede causar el efecto contrario.
- Baúl. Esta pieza, dos en una, resulta muy práctica y versátil, porque es también mesa de centro. Una buena manera de guardar en él la manta, los mandos y el cargador.