Esta vivienda de 110 metros cuadrados, situada en la localidad de Plentzia (Bizkaia), responde a un planteamiento como residencia de verano y esto salta a la vista en la paleta cromática elegida. Se ha partido de una base neutra sobre la que se mezclan tonos claros con la madera, añadiendo el toque de color en los accesorios decorativos.
"Hemos querido mantener el mismo estilo en cada una de las estancias de la vivienda, con una delicada armonía", explican desde Moralima Studio, los autores de la reforma integral llevada a cabo. Eso sí, los cuadros situados en todas ellas, constituyen una parte fundamental del diseño del proyecto, ya que aportan el toque artístico con su combinación de colores y la variedad de estilos.
De distribución compartimentada a espacios amplios y luminosos
Cuando la vieron por primera vez, la vivienda se presentaba desactualizada y muy compartimentada, y contaba con dos baños, dos habitaciones y dos terrazas. Además, la cocina estaba separada del salón y los clientes tenían claro que querían "un espacio grande, diáfano y luminoso", que integrara toda la zona de día con el salón, comedor y cocina. También fue requisito indispensable la creación de un rincón de lectura en este espacio.
El primer paso de la transformación, pues, consistió en derribar los tabiques de la zona de día, redistribuyéndola para obtener espacios más abiertos y con mucha luz natural. "Nuestro objetivo fue maximizar la luz y la funcionalidad, modificando su diseño original para crear un espacio amplio y acogedor", explican desde el estudio de interiorismo.
Otro aspecto fundamental en el proyecto fue la carpintería a medida, realizada de forma muy personalizada para este hogar. Además, teniendo en cuenta que a los propietarios les encanta el diseño y el arte, cada pieza fue elegida con cuidado y mimo.
"Nuestro objetivo fue maximizar la luz y la funcionalidad, modificando el diseño original de la casa para crear un espacio amplio y acogedor" _ Moralima Studio