¿Cuál es el futuro de nuestras casas, de las oficinas en las que trabamos; incluso las tiendas en las que compramos o los hoteles a los que viajamos? Esa pregunta es la que responde el ambicioso estudio The New Habitat 25-26, realizado por APE Grupo, con la colaboración de Futurea, el Consejo General de Colegios Oficiales de Decoradores y Diseñadores de Interior de España, Bernadí y Fundació del Disseny de la Comunidad Valenciana.
Nosotros nos lo hemos leído de cabo a rabo y nos fijamos en sus conclusiones –tomadas a partir del análisis de 22 expertos internacionales y la participación de más de 400 profesionales del interiorismo, la arquitectura y la construcción– para centrarnos específicamente en cómo está evolucionando el interior de nuestros hogares.
Interiores más flexibles, versátiles y originales que se adaptan a nuevos modelos de vida
Conceptos como flexibilidad, comunidad o accesibilidad son hoy importantes en lo que al diseño y el interiorismo de la vivienda se refiere. Por ejemplo, el coliving o el cohousing son palabras que ya no nos resultan extrañas y que definen nuevos modelos familiares y de convivencia; pese a que, a veces, vienen solo a ponerle otro nombre a algunas prácticas inmobiliarias abusivas de toda la vida. En todo caso, es una realidad que las casas son hoy más caras y pequeñas, y que la dificultad para lograr independencia económica, unida al envejecimiento de la población, son factores que están fomentando hogares multigeneracionales. Según el estudio, estos factores “están cambiando las necesidades residenciales, haciendo que cada metro cuadrado sea más valioso”.
Por otro lado, la vivienda también se fija y copia la estética de los hoteles de lujo. La mayoría de las grandes cadenas hoteleras diseñan habitaciones cada vez más confortables, sorprendentes e inspiradoras en las que detalles como el protagonismo que se le da al cabecero, o el uso de textiles agradables y de estampados más atrevidos se están trasladando ya a los interiores residenciales, como ya nos contaba hace poco la interiorista Rosa Pérez.
Salud y sostenibilidad definen el interiorismo del hogar
En el último lustro, y más concretamente a raíz de la pandemia, el diseño del hogar ha evolucionado impulsado en gran parte por un mayor protagonismo de todo lo relacionado con la salud y la sostenibilidad. El estudio The New Habitat 25-26 recoge que estos conceptos “se han integrado profundamente en el diseño, subrayando la importancia del entorno físico en el bienestar de las personas”.
Según apunta el estudio, esta tendencia ha llevado a un notable incremento en la inversión en diseño saludable y sostenible, con previsiones que estiman un crecimiento de hasta el 26,7 % en el próximo año. Asimismo, todo lo relativo a la sostenibilidad importa mucho a quienes reforman sus viviendas y, así, hay muchos clientes amplían su presupuesto para aplicar criterios sostenibles en el diseño de espacios, “con un énfasis particular en la eficiencia energética y el confort climático, acústico y lumínico”, según apunta el informe.
La vivienda como un refugio con personalidad en el que nos sintamos a gusto
Una vida en general más cara; la mayor flexibilidad laboral que existe hoy en día o, incluso, el anhelo de experiencias únicas y productos exclusivos son algunas de las cosas que, según el informe, también definen la evolución del diseño del hogar. “Cada vez más personas buscan en los espacios que habitan un refugio ante las adversidades, deseando lugares que ofrezcan una experiencia única y satisfactoria”. ¿Cómo pensamos en INTERIORES que todo esto se traslada al hogar? Concretamente, en el interés por sofás más grandes y modulares, pero también en el auge de pequeños rincones de lectura (el snug inglés) en el salón o el dormitorio y un mayor interés por decorar con productos artesanos más exclusivos.
Balcones y terrazas: pequeños oasis, que seguirán siendo muy importantes en la vivienda
Finalmente, la preocupación por la salud física y mental también tiene mucho que ver, según el estudio, con la búsqueda de una mayor conexión con lo que nos rodea y con cómo se ha ido difuminando la frontera entre el interior y el exterior en los últimos años. Balcones y terrazas se entienden ahora como un lugar más de la casa y, en muchos casos, se incorporan físicamente al hogar, aunque lo más habitual suele ser el tratar de difuminar las fronteras visuales entre ambos espacios mediante suelos continuos o grandes ventanales, por ejemplo. Además, otros pequeños trucos para acertar a la hora de decorarlos es recurriendo a jardines verticales o a un tipo de mobiliario versátil.