Las cortinas y los estores blancos tienen un hueco de honor guardado en la decoración del dormitorio, no solo porque con ellas siempre aciertas y no corres riesgos estilísticos, sino también porque aportan frescura, amplían los metros visuales, aligeran el ambiente y dejan pasar la luz y la claridad.
A todo estas ventajas prácticas hay que sumarle su poder para realzar el ambiente y dar un toque de frescura y calma. Porque, aunque a priori puedan parecerte sosas, no tienen fecha de caducidad, por lo que no pasan de moda; demuestran una gran capacidad de adaptación, que les permite integrarse tanto en ambientes modernos como clásicos; y destilan una elegancia atemporal sin necesidad de florituras. Estas 10 fotos corroboran todo lo anterior y te muestran ideas de cómo usarlas para que brillen con luz propia.