Estoy sentada frente al ordenador, la aplicación del tiempo marca 14º, pero por la ventana veo gente en manga corta, chaquetas de lino y gafas de sol. Tres indicativos que confirman que el buen tiempo ha llegado. Y es que además de los partes meteorológicos, es la actitud de la gente la que marca el inicio de la época primaveral y estival.
Ahora, cuando organizamos los planes del fin de semana, las terrazas particulares o de restaurantes son la primera opción, ya sea para aperitivos, momentos de relax al sol, o largas comidas que se alargan hasta la cena. Y es que con una buena chaqueta - o una estufa portátil para los más frioleros - las noches también se pueden disfrutar al aire libre.
Los que tenemos terraza, ya llegamos tarde ante la pregunta de si está lista para el cambio de estación, o mejor dicho, el cambio de rutina. Fuera las malas hierbas que han campado a sus anchas durante todo el invierno, puesta a punto de los muebles y asegurarnos de que hay rincones de sombra para cuando el sol comience a apretar. Ya que por mucho que ahora deseemos pasar el máximo de tiempo expuestos a los rayos del sol, nada como una sombra refrescante cuando los termómetros superan los 30º.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 64,9% de los españoles vivimos en pisos, y lo de tener un jardín o un porche viene siendo poco común. Algo que no ocurre con los balcones, sobre todo pequeños, que están en la mayoría de los hogares.
Cuando nos encontramos ante el desafío de amueblar y decorar un balcón pequeño, el aprovechamiento del espacio es clave. Muebles plegables, macetas colgantes y poco espacio para elementos extra. Pero entonces, ¿dónde colocamos la sombrilla? La mejor opción será despedirnos de estos parasoles con soporte y base en el suelo para abrazar alternativas que son fáciles de instalar y que no restan centímetros a nuestro exterior.