El gusto por las cocinas abiertas que se ha impuesto en la vivienda moderna tiene un riesgo evidente: al diseñar la cocina actualmente atendemos más a la estética que a la funcionalidad. La interiorista Cláudia de Sousa cuenta que “muchas veces los clientes renuncian a una encimera de porcelánico o de un material resistente y eligen el material solamente por la estética”. En su opinión, se trata de un error evidente. “Practicidad y estética deben ir de la mano porque si no saldrá caro a la larga”. En este artículo, De Sousa explica también qué tipo de luz conviene evitar o por qué deberíamos crear en la cocina puntos de luz indirecta para disfrutar de un ambiente bien diseñado que podamos disfrutar durante mucho tiempo.
NO escoger bien el material de la encimera y el salpicadero
El salpicadero y la encimera de la cocina son dos elementos fundamentales. Es importante elegir un material que permita cocinar tranquilamente, sin tener miedo a dejar un trozo de limón o a colocar algo caliente sobre ella que deje manchas. Precisamente por eso, Cláudia De Sousa recomienda “utilizar porcelánico o granito, que son bastante resistentes”.
EVITA una luz demasiado blanca o azul, como de hospital
Como decíamos en la entradilla, la cocina moderna es un espacio generalmente abierto al salón-comedor donde no solo se cocina, sino donde también se vive y se convive. De Sousa asegura que el tópico de recurrir a una luz fría ‘porque se ve mejor’ está desactualizado. “En mi caso, suelo utilizar como máximo 3000 K de temperatura de color en la luz de la cocina, aunque creo que lo ideal son 2700 K”, dice. La opción de la experta proporciona una agradable luz cálida que, con una buena potencia, permite saber qué es lo que estamos cocinando.
OLVIDARSE de colocar puntos de luz indirecta es un FALLO habitual en el diseño de cocinas
Continuando con el tema de la iluminación, y teniendo en cuenta de que, como decimos, la cocina está cada vez más integrada en el salón comedor, la experta cree que “añadir puntos de luz indirecta crea un ambiente relajado y mejora el diseño de la cocina”. En su opinión, es buena idea “diseñar un nicho en madera natural con una luz led empotrada, una vidriera con estantes de madera con luz led empotrada o, como se ha hecho toda la vida, dejar una tira de led empotrada debajo de los muebles altos”. De Sousa insiste en que para que esto realmente suponga un añadido decorativo en la cocina, “la luz debe ser cálida (2700K) y el led continuo (para evitar ver los puntitos del led, si no solo una luz continua) y con un interruptor aparte para poder dejarla encendida cuando toda la cocina está apagada”.
Elegir un fregadero pequeño es una equivocación
Somos conscientes de que muchos pisos de las ciudades son pequeñas, pero si la cocina lo permite es mejor colocar un fregadero grande (de 70 cm) donde quepan bien las ollas que no puedan ir al lavavajillas. Si no cabe un fregadero de estas dimensiones, la experta recomienda “que, al menos, se coloque uno hondo porque se notará bastante”
NO hay que distribuir los fuegos, el fregadero y el lavavajillas SIN PENSAR en cómo te moverás en la cocina
El lavavajillas debe estar cerca del fregadero, pero no justo al lado porque si lo está no podrás usar el fregadero al tiempo que colocas los platos en el lavavajillas. Precisamente por eso, el consejo de la experta es que estos tres elementos (fregadero, lavavajillas y fuegos) se diseñen siguiendo lo que se conoce como ‘triángulo de trabajo’.