ERROR 1: NO PRESTAR ATENCIÓN A LA CLIMATOLOGÍA
La climatología influye más de lo que se tiende a creer. Si el estado del tiempo indica una humedad superior al 70%, los resultados no serán favorables. Y lo mismo ocurre cuando el termómetro se acerca a los 40° o es inferior a 5°: en ambos escenarios la pintura puede no cubrir adecuadamente la superficie. Por todo ello, la primavera es considerada la mejor estación del año para este cometido: la temperatura entre marzo y junio permite que la pintura seque con mayor rapidez, tanto en interior como en exterior.
ERROR 2: ESCATIMAR EN PINTURA
Ante la duda, mejor que sobre que no que falte. Con un litro de pintura plástica se cubre una superficie aproximada de entre 8 y 10 m2 – siempre y cuando esté en buen estado–, pero nunca está de más disponer de un 10% extra por si conviene realizar algún pequeño retoque en el futuro. Una vez hayas terminado, preserva la pintura sobrante en un lugar fresco, seco y no expuesto a la humedad.
ERROR 3: DESPERDICIO Y GOTERONES
Jamás introduzcas el rodillo o la brocha por completo en el bote de pintura: si los sumerges más de dos tercios estarás desperdiciando una gran cantidad de producto y tus paredes exhibirán innecesarios goterones. Menos es más.
ERROR 4: APLICAR TAN SOLO UNA CAPA
Da igual que se trate de un color base blanco o la superficie esté en buen estado: a excepción de los de acabado monocapa –como su nombre indica, sólo se necesitan aplicar una vez y no hay que agregarles después ningún barniz u otro producto–, cualquier pintura requiere al menos la aplicación de dos capas. Por supuesto, nunca le des una segunda mano hasta que se haya secado por completo la primera. Las prisas nunca son buenas aliadas.
ERROR 5: EMPEZAR POR ABAJO
El orden a la hora de pintar una estancia es sencillo: la regla indica que hay que comenzar de arriba hacia abajo. Es decir, comienza pintando el techo –puesto que es normal que se produzcan salpicaduras–, continúa con las paredes y, por último, los marcos, puertas y ventanas. Antes de hacerlo, protege de forma adecuada tus muebles y el suelo con láminas de plástico transparente o electrostáticas encintadas.
ERROR 6: NO SEGUIR LA REGLA 60-30-10
En lo que a los colores respecta, no hay normas preestablecidas, pero recuerda que los tonos neutros –blancos, grises o beige– y fríos –verdes, celestes o azules– transmiten calma y son una apuesta segura para el dormitorio o el salón; aunque no significa que debas prescindir de paletas más oscuras o atrevidas: en ese caso, sí es importante que la superficie a pintar esté bañada por abundante luz natural.
De hecho, destacar una pared de este modo te permite crear focos de atención en un espacio. En el supuesto de que prefieras combinar varios colores en una misma estancia –tres como máximo y complementarios entre sí–, sigue la regla del 60-30-10: elige uno dominante para el 60% del espacio, compleméntalo con otro intermedio que ocupe el 30% y cede el 10% restante a los accesorios decorativos.