¿Puede una vivienda de estilo industrial resultar acogedora? Creo que ya puedes adivinar la respuesta. Y si no, echa un vistazo a esta casa de obra nueva localizada en el vibrante barrio madrileño de Malasaña y que pese a la energía y el dinamismo del entorno urbano se ha sabido convertir en un verdadero oasis en mitad del asfalto. Un hogar de 180 m² interiores (más otros 250 m² de exteriores) donde la idea clara era apostar por un estilo industrial con materiales como metal, hierro, ladrillo visto, madera y acabados en negro, sin perder por ello sensación de hogar y calidez. Atmósfera acogedora y funcional con un toque contemporáneo y elegante.
"Aunque el estilo industrial puede tener una cierta frialdad, logramos suavizar su impacto mediante la incorporación de elementos decorativos que aportan calidez, sin perder la esencia y el carácter del diseño. El resultado es un hogar que combina la personalidad urbana del entorno con un diseño interior cuidadosamente pensado para ofrecer comodidad y estilo", nos detalla la interiorista encargada del proyecto, Cristina Amoroso de Annanké Interiorismo, acerca de este trabajo.
"Soy una apasionada del diseño de interiores y la creatividad en constante movimiento y por ello me dedico a crear ambientes estéticamente atractivos y funcionales, llenos de significado", nos explica la interiorista antes de dar paso a este proyecto de interiorismo donde se ha logrado un perfecto equilibrio moderno y acogedor. Aquí cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para equilibrar practicidad y estética, creando un hogar versátil, elegante y con un marcado carácter personal.