“¿Cómo renovamos una granja de 700 m2 por 500 euros/m2?” Esa fue la pregunta que se hicieron los arquitectos de Collectif Encore a la hora de afrontar la rehabilitación integral de esta granja en ruinas en Labastide Villefranche, un pueblo pegado al País Vasco francés y a solo tres cuartos de hora en coche de Bayona. La respuesta fue directa y honesta: “haciendo lo menos posible y diseñando un 50 % de espacios exteriores”.

Para llevar a cabo la idea, cuentan que concibieron “un diseño bioclimático que crea diferentes microclimas por toda la casa” cuyo resultado ha sido un éxito. Hace algunos veranos, cuando en pleno mes de junio Francia registró una ola de calor de 40 °C, quienes visitaban la casa se preguntaban si había aire acondicionado para que estuviera tan fresca. “Esa es la magia de estos gruesos muros de piedra que no han sido aislados. Mantienen intacta la inercia y el frescor durante todo el verano”.

La granja estaba en ruinas. Proyecto de rehabilitación: Collectif encore

La granja estaba en ruinas. Proyecto de rehabilitación: Collectif encore

Foto: Collectif Encore

Desde fuera, con su arquitectura maciza y sin pretensiones, parecía un caserío cualquiera del País Vasco. “Cuando abrimos su puerta principal, esperábamos encontrarnos con el habitual espacio central oscuro y húmedo –que se conoce como ezkatz–”. Sin embargo, el tejado se había caído arrastrando consigo el piso superior. Los arquitectos decidieron no tocar nada.

Este espacio de 25 metros cuadrados es un baño, pero los dueños también pasan aquí tiempo leyendo

Este espacio de 25 metros cuadrados es un baño, pero los dueños también pasan aquí tiempo leyendo

Foto: Michel Bonvin

De esta forma, al evitar tocar nada y dejar que sea la casa la que de alguna forma se invente a sí misma, los arquitectos cuentan que “han descubierto una vida cotidiana que no podríamos haber inventado nosotros”. Así, un cuarto de baño de 25 m2 ya no es un cuarto de baño, sino que se convierte en una biblioteca, un salón, una sala de juegos o cualquier otra cosa que uno quiera que sea.

Se decidió no reconstruir tal cual la parte del techo que se había venido abajo. En su lugar se ha instalado uno acristalado

Se decidió no reconstruir tal cual la parte del techo que se había venido abajo. En su lugar se ha instalado uno acristalado

Foto: Michel Bonvin

Una casa sostenible que cambia con las estaciones

“Hourré –nombre de esta vivienda– personifica nuestro enfoque del espacio, el paisaje y el sentido de libertad. Además, subraya la prioridad que le damos a lo que ya existe”. Así se explica que decidieran mantener tal cual la abertura del tejado.

Los muros de piedra de la casa tienen 70 cm de grosor

Los muros de piedra de la casa tienen 70 cm de grosor

Foto: Michel Bonvin

Además, han transformado las puertas en ventanas correderas que desaparecen cuando se abren. “A diferencia quienes pretenden recrear las puestas de sol en cada proyecto que hacen, nosotros creemos que con integrarlo en nuestro edificio es suficiente (y mucho más barato). Así, la casa cambia a lo largo de las horas, los días y las estaciones”.

Los arquitectos han respetado el estado de la casa para ahorrar, pero también para reforzar la conexión con el paisaje y el sentido de libertad
Foto: Michel Bonvin

En invierno, el sol calienta directamente los muros de piedra de 70 cm de grosor y una bomba de calor aire/agua calienta el suelo. “Los muros convierten entonces la casa en una estufa –apuntan los arquitectos. La inercia de los muros sin aislar permite que la casa respire plenamente, en silencio, ya que no hay sistema CMV (algunos hemos olvidado que el aire fluye de forma natural, sin motor ni electricidad).

Esta es la terraza orientada al sur, un espacio híbrido entre interior y exterior

Esta es la terraza orientada al sur, un espacio híbrido entre interior y exterior

Foto: Michel Bonvin

Uno de los espacios más destacados es esta terraza orientada al sur. Se trata de un espacio protegido y de doble altura “que sirve de amortiguador entre el interior y el exterior”. En invierno, el sol calienta el espacio. En verano, el tejado sirve de protección, con la vegetación aportando mucho frescor.

Dormitorio superior con vistas a los Pirineos

Dormitorio superior con vistas a los Pirineos

Foto: Collectif encore

La apertura del tejado abre el dormitorio de arriba a unas bonitas vistas de los Pirineos. Además, las plantas se riegan de forma natural.

Desde este baño exterior se pueden ver las puestas de sol

Desde este baño exterior se pueden ver las puestas de sol

Foto: Michel Bonvin

Una increíble terraza y un espectacular baño exterior

Con paredes en tres lados, el baño al aire libre está aislado del viento y es “un auténtico captador de sol con su propio microclima”, cuentan los arquitectos. Aquí, uno puede ducharse durante todo el año.

encima del granero, el antiguo pajar es ahora una enorme terraza

Encima del granero, el antiguo pajar es ahora una terraza de 80 m2

Foto: Michel Bonvin

Además, encima del granero, el antiguo pajar es ahora una terraza de 80 m2 desde la que la familia disfruta de las puestas de sol. Un aspecto importante son las rampas de madera que hay en la casa. Uno de los miembros de la familia va en silla de ruedas y, en lugar de instalar un ascensor, se prefirió una solución más económica, pero también operativa.

La cocina, con una escalera con cajones. Detrás hay un espacio de trabajo

La cocina, con una escalera con cajones. Detrás hay un espacio de trabajo

Foto: Michel Bonvin

Espacios que sirven para varias cosas en una casa feliz

“Siempre creamos espacios que saben hacer varias cosas”, apuntan los arquitectos. En la cocina, por ejemplo, la escalera es estantería y espacio de almacenaje, pero también un lugar para sentarse a charlar con quien esté cocinando. La red también sirve para varias cosas. Puede ser, por ejemplo, una sala de juegos, un sofá para leer o ver pasar las nubes, y, por qué no, una enorme cama para los invitados después de una fiesta.

Los arquitectos creen que esta es una casa feliz

Los arquitectos creen que esta es una casa feliz

Foto: Michel Bonvin

Como dicen los arquitectos, “una casa viva es una casa feliz”. Esa vida se consigue aquí, dejando que sean sus habitantes (humanos, pero también la naturaleza) las que definan y reinventen el espacio. “Así es como la arquitectura consigue que la vida sea más bella que la propia arquitectura”.

Para quien tenga ganas de conocer a fondo la casa, en Apple TV se puede ver un documental de algo más de media hora de duración.