Si tu cocina es pequeña o demasiado estrecha, coge papel y boli, porque te contamos las claves para sacarle partido de forma útil y, lo mejor, ¡sin obras!
No hay nada más horrible que el que te guste cocinar o seáis más de dos en casa y que no entréis a la vez en la cocina. ¿Te suena esa sensación? Yo la he vivido, mi primera cocina media unos 2 metros de ancho por 5 de largo, era una casita de no más de 50 m² con dos habitaciones, dos baños, un salón y una cocina, como veis en tan pocos metros metieron todo lo que pudieron. Imaginad su distribución… Pero tenía algo bueno porque pensarás: “Pero Mar, ¿cómo una interiorista se va a vivir a un piso así?”, lo cierto es que era una vivienda para las vacaciones (sobre todo de verano) y tenía un jardín tan grande como la propia vivienda, eso me convenció. Bueno, eso y que no tenía muchas más opciones en aquel momento.
Volviendo a la cocina, sé lo que es no cruzarse dos personas, no tener casi espacio para una mesa y tener que hacer malabares para almacenar y por todo ello hoy te enseño a sacarle todo el partido.
Cómo sacarle partido a tu cocina sin obra
Añade accesorios que te ayuden
Para poder ampliar el almacenaje de tu cocina es imprescindible un buen orden y en ese aspecto nada como las cajas de almacenaje para ayudarte a tenerlo todo bajo control.
Puedes añadir cestas extensibles, a mí me encantan porque no tienes que medir bien el cajón o la balda y además se adaptan al espacio como un guante, sin dejar recovecos libres.
Además, siempre es una buena idea tener en tus cajones separadores, ya sean los típicos de cubiertos u otros como separadores transparentes extensibles que nos ayuden a tener todo organizado por categorías.
Añade unas baldas supletorias
Dentro de lo que podemos añadir para que nuestra cocina esté mejor estructurada y así sacarle mayor partido son las baldas supletorias. Con ellas duplicas el espacio de almacenaje y consigues que esos armarios en los que no puedes mover las baldas, te sirvan para todos los accesorios, cacerolas y gadgets.
Un rincón en la ventana
La mayoría de las veces se opta por una mesa plegable, cosa que personalmente no me gusta nada porque suele quedar desplegada todo el tiempo por no andar poniéndola y quitándola y que, encima, como necesitas taburetes o sillas, estas quedan descolgadas si la mesa no está abierta. Pero para que no quede así de extraño tienes dos opciones que yo considero las mejores.
Una de ellas es un rincón en la ventana. No conozco ninguna cocina que no tenga ventana o puerta que dé al exterior y en esa zona suele haber al menos tanto espacio como en el resto, así que opta por un rincón en ella. Opta por un banco a los pies de la ventana y una pequeña mesa frente a él te ayudarán a tener esa zona de desayuno que tanto necesitas.
Otra opción puede ser poner una mesa de alas plegables, pero no anclada a la pared, sino suelta. ¿No es lo mismo que decías que no usase? No, porque este tipo de mesas tienen las sillas dentro de ella, lo que nos da la opción de tenerla, quitarla y usarla como elemento para apoyar los pequeños electrodomésticos y, si queremos utilizarla, abrirla y sacar de dentro las sillas.
Una gran balda corrida por toda la pared
También podemos incorporar en la pared libre una o varias baldas, si la balda tiene unos 15/20 cm podremos poner hasta los pequeños electrodomésticos o llenarla de cajas con todo el almacenaje de despensa que nos está ocupando espacio en el armario, dejando este para otros elementos que no son tan decorativos.
En Interiores, y a mí personalmente, nos encantará ver lo que has conseguido y lo bello que ha quedado tu espacio. Y si tienes dudas puedes escribirnos en Instagram @interioresmag.