Sin importar si tu cocina es pequeña o grande, todos tenemos problemas de almacenaje. Queremos disfrutar de los electrodomésticos más avanzados y los accesorios de moda. Sí, nos hacen la vida más fácil, pero nuestras encimeras y armarios están cada vez más abarrotados. Quizá por eso, la despensa, habitual en las casas de pueblo, vuelve a ser un elemento codiciado en muchas cocinas modernas. Definitivamente, los clientes que reforman la cocina la demandan. “Una vez que el cliente usa la despensa en su día a día, valora y agradece que se le haya propuesto la idea. La mayoría reconoce que el gasto extra merece la pena”, comenta la arquitecta Ana Andrés, del estudio La Reina Obrera, que incluye habitualmente las despensas en sus proyectos. 

Zona de despensa en una cocina

Zona de despensa en una cocina

Foto: Mobapla

La despensa: un espacio codiciado que ya forma parte integral del diseño de la cocina

"La despensa es un lugar de infinitos recuerdos –apunta Clara Ulargu, arquitecta socia del estudio Positivelivings. Debido en gran parte a ese punto nostálgico, estamos volviendo a recuperarlas en los proyectos". De ser un lugar que apenas se usaba para conservar los alimentos frescos, las despensas han pasado a ser espacio más funcional y cuidado estéticamente en el que los detalles importan. Olvidadas en tiempos de grandes frigoríficos y armarios empotrados, arquitectos e interioristas vuelven a incorporarlas desde el principio del proceso en el diseño del proyecto, ya sea en forma de espacios independientes o como armarios empotrados, a menudo más grandes que el resto de los de la cocina. “La despensa y la lavandería son dos espacios codiciados actualmente. Desgraciadamente, solo es posible independizarlos del resto de la vivienda si el tamaño de la casa lo permite y, actualmente, el tamaño medio de los hogares se ha reducido bastante”, comenta la arquitecta.

Las despensas forman ya parte integral del proceso de diseño

Las despensas forman ya parte integral del proceso de diseño. Baldas regulables en altura y gavetas extraíbles, como este modelo de Schmidt, son imprescindibles.

Foto: Schmidt

Sobre cómo han evolucionado las despensas en la vivienda y por qué los propietarios que reforman la cocina la demandan cada vez más, Ana Andrés afirma que la evolución más evidente de la despensa es que “ya no es un espacio residual, sino que desde el principio del proyecto se buscan recursos de almacenaje que resuelvan el orden, la funcionalidad, la ergonomía (en función de las circunstancias de cada cliente) y la estética”. Para la arquitecta, tanto si se trata de una pequeña estancia aparte o de un armario integrado en la propia cocina, la despensa “debe estar resuelta con materiales y colorimetría que la integren en el resto del proyecto. Además, es clave resolver la iluminación artificial para encontrar fácilmente los alimentos”. 

Despensa integrada en la cocina

Despensa integrada en la cocina

Foto: Mobalpa

La despensa en un piso moderno es un lugar de almacenaje funcional que ayuda a ser más organizado

“Entendemos la despensa como un espacio de almacenaje fundamental asociado a la cocina. No hace falta que sea un espacio independiente por sí mismo”. Para almacenar alimentos, los armarios deben ser prácticos y funcionales, por lo que la arquitecta explica que, desde la Reina Obrera, proyectan “muebles con fondos de unos 40 centímetros de fondo para que los alimentos estén siempre a la vista y para que a la hora de cocinar se pueda saber de un vistazo si nos faltan ingredientes y, así, ser organizados en el proceso. También es importante destinar las zonas más altas, y, por tanto, menos accesibles, al almacenaje de alimentos con fechas de caducidad más lejana o a electrodomésticos poco usados”. 

Despensa independiente con desayunador

Despensa independiente con desayunador

Foto: Foto: Vicugo Studio Interiorismo: Wood Studio

Si tu casa es grande, una despensa independiente con desayunador es una opción recomendable

En una vivienda grande y con una despensa independiente, “la organización suele ser con estanterías abiertas, buscando de nuevo la practicidad de uso –dice la arquitecta. En ocasiones, puede integrarse en el armario de la despensa un espacio exclusivo para incorporar un desayunador”. De lo que se trata “es de tener un espacio práctico con una pequeña encimera para preparación de alimentos e, idealmente, una balda fija o extraíble, según cada caso, con los electrodomésticos que se usan diariamente (tostadora, cafetera, etc.)”. Como incide la arquitecta, una solución de este tipo “ahorra tiempo porque se recoge todo más rápido y la cocina queda ordenada con menos esfuerzo”.