Este mini apartamento cuenta una bonita historia personal. La de su propietaria que, con su primer sueldo sumado a unos ahorros, logró comprar esta vivienda, aunque la vida hizo que la disfrutara poco y estuviera muchos años alquilada. Hoy, casi 30 años después, regresa a ella de nuevo, esta vez sí, para llenarla de momentos especiales.
Y en esa nueva ilusión ha tenido mucho que ver el Studio Gromé, con su alma creativa personificada en Cristina Gromé, quien considera este proyecto como "un auténtico regalo" al que ha bautizado con el nombre de 'Sarrià: vuelta a los orígenes', atendiendo al significado que tiene la vivienda para Andrea, su clienta.
Misma distribución con nuevos recursos para ganar amplitud
Efectivamente, el piso está situado en el barrio barcelonés de Sarrià y cuenta con apenas 40 metros cuadrados, pero "el éxito de la reforma estriba en la gran sensación de amplitud que se ha conseguido siendo tan reducido, manteniendo la separación básica de espacios (salón, dormitorio, cocina y baño), pero también unificándolos a través del mismo suelo", explica la interiorista.
El punto de partida del proyecto fue eliminar todo lo que no aportaba, dejando la planta con los muros estrictamente necesarios, respetando la distribución y remodelando por completo el baño. Se ha optado también por realizar algunos muebles a medida, todos suspendidos para reforzar la ligereza, y en los comprados predominan las curvas que ayudan en la circulación.
Diseño propio, estudio lumínico y uso de colores
Pero, sin lugar a dudas, lo más llamativo del proyecto es el diseño personalizado de un panel de DM rayado y lacado en blanco que protagoniza la zona de día. Oculta, en un extremo, las puertas de la nevera y, en el otro, el acceso al dormitorio, con unos herrajes también ocultos. Para fomentar la continuidad, los tiradores de madera están hechos también a medida y se funden con el panel, y con ello se gana espacio en esta zona y se mejora el confort.
El estudio recurrió a un especialista para el proyecto lumínico "porque da esplendor al trabajo de interiorismo", comenta Cristina Gromé, "y el resultado en una elección de lámparas cuidada hasta la exquisitez". Y, por último, pero no menos importante, la paleta cromática redondeó la idea base del proyecto al introducir notas de color en las estancias sobre una base neutra muy armoniosa.
"La coherencia del proyecto y el propósito de ilusionismo se conjugan con otros recursos de interiorismo fundamentales: la iluminación, los materiales y los colores" _ Studio Gromé