La reforma de la cocina es el momento perfecto para plantearse la mejor organización del espacio. Esa que resulte confortable y funcional, que acorte los desplazamientos de los usuarios, que rentabilice los metros y que permita tener la suficiente capacidad de almacenaje.
PREGUNTAS CLAVE ANTES DE REFORMAR UNA COCINA
Por eso, antes de ponerse manos a la obra, toca hacerse algunas preguntas básicas que resultarán de gran ayuda a la hora de conseguir el resultado deseado.
- PREFERENCIAS: Por ejemplo, cuáles son las prioridades personales, qué estilo se quiere para esta estancia, cuántas veces al día o a la semana se cocina, con qué frecuencia se va a la compra, si está previsto que la familia se amplíe en unos años... Y es que para que el proyecto sea un éxito debe adaptarse a los diferentes ritmos de vida y a las necesidades, gustos y perspectivas de cada uno.
- TIPOS DE MUEBLES: Se sabrá así si vale la pena equipar la cocina con muebles hasta el techo, si es mejor prescindir de módulos altos instalando en su lugar unas ligeras baldas, si en vez de por un frigorífico combi es preferible decantarse por un completo side by side o si merece la pena elegir un horno con microondas o uno que también cocine al vapor, entre otros aspectos.
- UBICACIÓN VENTANAS Y PUERTAS: A partir de ahí, toca adaptarse al espacio existente. La ubicación de las ventanas resulta decisiva, así como la de los pilares y los retranqueos del muro, mientras que, llegado el caso, las bajantes y las puertas de acceso a la estancia pueden modificarse durante la reforma en caso de ser necesario.
- ¿COCINA ABIERTA? Del mismo modo es el momento de preguntarse si hace falta tirar algún tabique, ya sea para ganar más metros útiles o bien para abrir la estancia al resto de zonas de día de la vivienda.
- DISTRIBUCIÓN PURA Y DURA: Una vez valorados estos puntos, es decir, cómo ha de ser la cocina después de la reforma y cuál es el punto de partida en cuanto al espacio, sólo queda decidir la mejor distribución en cada caso: con isla, con península, en L, en U, en línea o en paralelo.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
- ANÁLISIS DEL ESPACIO Es el punto de partida: determinar si los metros seguirán siendo los mismos o bien se ganarán más a costa de alguna estancia anexa: lavadero, pasillo, etc.
- ESTUDIO DE LA PLANTA Llega entonces el momento de tomar las medidas reales de la planta, detallando la ubicación de puertas, ventanas, bajantes, posibles pilares y tomas eléctricas. CUESTIÓN
- DE ESTILO Otro punto básico: saber si se prefiere una cocina minimalista, industrial, ‘vintage’... Tenerlo claro permitirá acertar con el equipamiento.
- ¿QUÉ USO SE LE VA A DAR A LA COCINA? Saber si sólo la utilizará una persona que come fuera cada día o una familia de cuatro personas es una buena manera de acertar y de tener claro lo que puede hacer falta: office, fregadero más amplio, etc.
MEDIDAS BÁSICAS EN UNA COCINA
- MUEBLES DE COCINA Por lo general, la profundidad de los armarios inferiores va de los 60 a los 70 cm, mientras que la de los superiores ha de ser unos 20 cm menor. Además, los primeros se suelen colocar a unos 90 cm del suelo y, en cocinas distribuidas en paralelo o con frentes de armarios situados uno frente al otro, hay que dejar más de 120 cm de separación, lo que permitirá abrir las puertas de ambos módulos sin que estas choquen entre sí.
- ZONAS DE AGUAS Y COCCIÓN Lo ideal es que entre ellas queden, al menos, 60 cm libres para cocinar de forma segura. Una distancia que en las cocinas muy pequeñas puede reducirse hasta los 45 cm. Igualmente, a cada lado de ambas zonas se recomienda dejar unos 50 cm despejados para depositar los alimentos que se vayan a cocinar, los platos para lavar...
- CAMPANAS Los modelos de pared y los de isla deben quedar entre 60 y 70 cm de la placa de cocción, y los aparatos que se empotran en el techo, a una distancia de entre 140 y 160 cm.
TIPOS DE COCINAS SEGÚN SU DISTRIBUCIÓN