Nuestro día a día se caracteriza por el ajetreo, las prisas, el ruido y el estrés. De ahí que, cada día más, consideremos nuestra casa como ese espacio donde desconectar y recargar pilas: un refugio de calma y renovación personal.

El Minimalismo Clásico recoge esa necesidad de convertir nuestros hogares en refugios y por ello se posiciona como un estilo que promueve el diseño de espacios que van más allá de lo visual, buscando la creación de ambientes serenos y equilibrados. Este estilo se basa en cuatro pilares fundamentales: orden, funcionalidad, atemporalidad y el correcto uso de la luz. Debes saber que, más allá de la estética, estos principios ayudan a crear un entorno que favorece el bienestar emocional y la calidad de vida. Pero, ¿cómo podemos integrarlos en nuestros hogares?

Así se aplican los 4 principios que crean espacios beneficiosos

Coge papel y boli o presta atención, porque aquí van las claves de experta en interiorismo para lograr un hogar que nos haga más felices:

escritorio en madera y verde integrado armario
Foto: Interiorista: Olga Pak Foto: Damir Otegen Estilismo: Aigerim Akhmetova

1. Orden: es la base de la paz interior

La conexión entre el orden y la paz mental está ampliamente documentada en el campo de la psicología. Un hogar organizado no solo reduce el estrés, sino que también facilita la concentración y el descanso. En este contexto, entra en acción el Minimalismo Clásico, que promueve un enfoque de “menos es más”, eliminando elementos innecesarios y enfocándose en lo esencial.

  • Consejo: incorporar el orden a tu hogar pasa por dos caminos. En primer lugar, debes buscar un lugar a cada cosa, despejando superficies y seleccionado solo aquellos objetos que realmente nos aporten un valor, bien funcional o bien emocional. Y, en segundo lugar, realiza una revisión periódica de todo lo que tienes y no usas para así evitar la acumulación de cosas innecesarias.

2. Funcionalidad: cada elemento tiene su razón de ser

En el Minimalismo Clásico, cada mueble y accesorio cumple una función clara y necesaria. Esto no significa que debas renunciar al estilo, sino apostar por piezas elegantes y prácticas que se adapten nosotros. Deberás priorizar el confort y la utilidad y verás que así estarás optimizando el uso de cada rincón y reduciendo el desorden. ¿Un ejemplo? Mesas de comedor extensibles, sofás con almacenamiento, camas abatibles. Los muebles multiusos y versátiles serán tus mejores aliados.

salón vigas madera
Foto: Foto: Alejandro Gómez Vives Interiorismo: Lidia Molina

3. Atemporalidad: elegancia frente a las últimas tendencias

Este pilar valora los materiales de calidad, las líneas limpias y las formas simples, elementos que mantienen su atractivo con el tiempo y resisten al desgaste. Al evitar la estacionalidad de las modas, este estilo, como estás adivinando, también ayuda a reducir el consumo y, por lo tanto, promueve una relación más sostenible con el entorno.

  • Consejo: Invierte en materiales duraderos como la madera, el mármol o el lino, que son tanto resistentes como elegantes y opta por una paleta de tonos neutros –blancos, grises, beige y negro– para crear una base armoniosa, y utiliza elementos decorativos puntuales para introducir toques de color que puedas cambiar cuando quieras.

4. Luz: la clave para una atmósfera cálida

La luz, tanto natural como artificial, es uno de los recursos más valiosos en el diseño de interiores, ya que tiene la capacidad de transformar el espacio y mejorar el estado de ánimo. Cualquier experto te recomendará utilizar cortinas ligeras o, incluso, no usar, porque así es importante que dejen pasar la luz natural. Y no te olvides de las fuentes de luz artificial, como las lámparas de mesa, las lámparas de pie o las luces indirectas.