A menudo, no tratamos el recibidor como una habitación, sino que lo vemos como un lugar de paso que no merece excesiva atención. Sin embargo, es el primer lugar que vemos al entrar en casa –y el último al salir– y hay que dedicarle el cuidado que merece. Habitualmente, se decora con el típico aparador que acaba convirtiéndose en una tópica galería de fotos familiares (no tenemos nada en contra, pero decorativamente hay mejores soluciones) o en un lugar donde dejar las llaves y las cartas del buzón (y con suerte algunas flores).
En este artículo te proponemos unas cuantas buenas ideas que se alejan de lo obvio, pero muy elegantes y realizables, que nos han contado dos interioristas cuando les hemos preguntado por sus consejos e ideas para decorar la entrada de casa sin recurrir al típico aparador.
Huye de lo estándar y del ‘ruido visual’
La interiorista Lourdes Martínez Nieto recomienda “huir de muebles decorativos estándares, cargados de elementos que generan mucho ruido visual”. En su caso, reconoce que prefiere centrarse en una sola pieza y que lo que la envuelve sea siempre discreto. El recibidor que hemos elegido para la portada de este artículo, de cuya decoración se encargó ella misma, es un buen ejemplo. También lo es esta entrada en tonos grises con un asiento con luz integrada y un generoso armario.
Espejos y percheros son una buena solución en entradas largas y estrechas o muy pequeñas
Para la interiorista Pili Molina, de Masfotogénica Interiorismo, espejos y percheros ocupan por lo general muy poco espacio y son una buena idea para decorar un recibidor largo y estrecho de una manera elegante. Molina apuesta por completar el resto de la decoración “con unos 'banquitos' y una mesita divertida”. Para recibidores pequeños recomienda “un espejo que tenga bandeja integrada”. El que usó en la imagen para decorar la entrada de un piso nos parece una gran idea.
Centra la atención sobre un único elemento, como una mesa de madera o una balda
“Nos gusta dejar un único elemento decorativo que sea sobrio y actúe como un foco, como por ejemplo: una mesa de madera con vasijas, un banco y una pieza de arte”, dice Martínez Nieto. Otra de las alternativas que propone es "colocar una balda de obra, con los mismos acabados del interior de la vivienda, y un elemento decorativo como un jarrón, ramas, una escultura o un gran espejo". Todo ello siempre debe tener en cuenta los detalles, tipo molduras, rodapiés, etc., que haya en el salón o el comedor para adaptarlos a un espacio de menor tamaño como el recibidor.
Monta toda una escenografía
Molina es, sobre todo, creativa. En el caso de que el estilo minimalista no termine de encajarte en la entrada de tu casa, siempre puedes recurrir a una escenografía como la de la foto: “con cuadros, esculturas y, además, multiplicarlos con un gran espejo con bisagras”. Este recibidor en concreto, que era muy pequeño, se ha transformado radicalmente. “Como está abierto directamente al salón, quisimos que resultase muy agradable de ver”, apunta la experta, que usó pintura verde en un tono oscuro como base “para crear ambiente”.
Papel pintado y un baúl: dos elementos para dar forma al recibidor perfecto
Para Molina, “un buen perchero, un bonito papel y un baúl son la fórmula perfecta”. Si lo piensas, poco más se necesita para cumplir con el propósito último de cualquier recibidor, que debería ser el de decorar, pero también el de poder disfrutar de un espacio para guardar el bolso, una mochila, mantas, bufandas, gorros o cojines. Una solución como la que te enseñamos en la foto es ideal para un piso en el que no sobren los metros cuadrados.